martes, 1 de septiembre de 2009

Jairo Prieto Venezuela

Jairo Prieto (Venezuela)
(Ocumare del Tuy, 1987) Estudiante de comunicación social en la “Universidad Católica Santa Rosa” de la ciudad de Caracas- Venezuela. Ha Participado en el I y II Encuentro Nacional de Poetas Liceísta 2006-2007; en la V Bienal Internacional De Literatura “Elías David Curiel” (Falcón- Venezuela 2006); y así mismo en el XIV Encuentro Binacional de Escritores (Venezuela – Colombia) Gobernación Norte de Santander (San José de Cúcuta 2006). Publicó en el 2006 un libro de poemas “Cuánto pesa un río” (nadie nos edita editores /casa de bello).

Cédula de identidad

A Aquarela Padilla y Edgar González

Vengo de la trinchera de la palabra
sumergido de ecos

Soy causante del enfado del olvido
me declaro inocente de todo amor mal logrado.

Soy de la época de los diecisiete millones,
hacen ya unos papeles atrás

Vengo a colaborar en la renovación de la escritura
aunque muera en el intento.

Mis poemas no llevan ruedas
corren poco pero rasguñan

Vengo escribiendo lo olvidado,
lo sancionado.

Vivo en las calles matizadas por la angustia
Dispuesto a matarte puta muerte
con mi cadáver,
con mis poemas.

Vine de la trinchera más oscura,
la ignorada
Como vine no me iré.

Vine a dejar mi delirio junto al tuyo
en el fondo
de la conciencia de la calle.






Referencia personal

En el ocaso me diluyo en sangre
Merma de huesos comprimidos
Banderas y consignas

Soy escribiente sin unicornios

Alerto los abismos ocultos en nosotros
No poseo tierra
Ni mujer
Ni cautivos
Ni méritos

Soy plagiario de mis actos,
me alimento de los tuyos
Considerándome
como nadie lo haría entre mis venas

Ahí me corren palabras indescifrables
como tu esencia
Ahí donde cada quien pasa y queda
y es aliento de sí mismo
como el nuestro
que se extravió en las referencias
de los amantes oscurecidos

por las nostalgias
de cada acto.
Homicidio del amor entre
las ocurrencias
y el miedo.





¿Dónde te has ido?

Vi cuando mordías la noche
venciéndola,
ocultando tu sombra

Tus dientes malignos tallan
en mis pupilas
tu rostro

Te busco debajo del sueño pulcro,
tanteando las escaleras
buscando tus pies

Me levanto y no estás

Se agotó el café y el pan duro
Y aún las golondrinas carcajean
en las noche

¿A qué juegas soledad?
¿Dónde te fuiste?

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